martes, 11 de marzo de 2008

Empezaré por el principio

Tras el fin del mundo ahí estabamos, EL y yo.
Amigos en apariencia, enemigos desde que comenzó nuestra existencia.
Yo no fui sin EL, EL fue mucho antes que yo.
Llegamos a un pacto.
EL sería mi mentor desde la oscuridad.
Yo no lo vería, pero cada paso, cada zancada, cada salto, cada traspié, cada caída, todo, sería vigilado y cuidadosamente controlado por EL.
Me dejé enseñar, me esforcé en aprender y llegué a ser la mejor.
Así empezó, supongo, su curiosidad por mi.

Muchos antes que yo, en todas las épocas, generación tras generación habían tratado de ganarse su respeto con el fin de conseguir su gracia, pero con menor o mayor acierto, ninguno había alcanzado conquistar la plenitud de sus favores.
Y ahí estaba yo, próxima al momento de la prueba, temiendo lo que siempre había esperado y fue entonces cuando decidió que superaba el nivel, que daba la talla, que yo sería una compañera digna y no tuvo el valor (o no quiso) continuar con el plan establecido.
Hizo una excepción, rompió el ciclo, se saltó las reglas, me privó de un aconteciomiento único y programado y ese, fue su error.
Desató el caos, resquebrajó los pilares de la vida, el universo comenzó a tambalearse y lo que después vino... ya no queda nadie a quien le interese.




Y aquí estamos, EL y yo, contemplando la nada desde la eternidad. Eternidad... que sospecho muy larga, pues EL, es el tiempo.

3 comentarios:

Guille dijo...

ya te lo dije cuando lo lei por primera vez...

w0w O_O

"por **esto** TIENES que abrir un blog"...
es increible, me encanta... :D
es tan... tuyo ^^

1beso!!!!!!

Piscolabis dijo...

Nunca me había parado a pensar que el tiempo puede destruirlo todo menos a si mismo. Y quedarse solo. O contigo, como en este caso.

Es inquietante cuanto menos.

Guille dijo...

cuando actualizas? :$